lunes, 29 de julio de 2013

AGAETE EN EL AÑO 1917.

             


               Nuestro pueblo , como muchos, ha pasado por circunstancias socio-económicas terribles, la década de 1910 -1920 fue especialmente convulsa y manifestada oficialmente por escrito por el entonces alcalde de nuestra Villa  don Graciliano Ramos. 

                 El pleno del Ayuntamiento en ese momento conformado por los concejales  D. Francisco Armas Merino, D. Antonio González, D. Manuel Alamo Armas, D. Salvador Medina Bermúdez, D. Rafael Trujillo Ramos, siendo secretario D. Antonio Rodriguez Bermúdez, y Alcalde-Presidente D. Graciliano Ramos Medina,se hizo  eco de la angustiosa situación  y lanzaron su desgarradora petición de ayuda en todos los lugares  que se les quizo escuchar. 

                 Tristemente el año 1917, fue muy duro, baste recordar que fallecieron  46 vecinos, de los cuales 17 personas tenían menos de 10 años, parece increible pero en nuestro pueblo  se llegó a morir de hambre o como consecuencia de una deficiente nutrición básica

                No existiendo fuentes orales de aquellas circunstancias, si contamos con la oficialidad de tales mometos sociales que fueron plasmados en la  carta  remitida por el Alcalde -Presidente  al   Sr. Delegado del Gobierno de Su Majestad en Gran Canaria, el  tres de febrero de 1917.






                 “…Excmo. Señor. Ante el clamor general de estos habitantes y con la persuasión y confianza que vuestra excelencia interpondrá ante quien corresponda, cuantos medios estén a su alcance para salvar, si no en todo, en parte, la situación tan grave y dificilísima por la que atraviesa este vecindario, es por lo que tengo la alta honra de dirigirme a vuestra excelencia exponiéndole, aunque en síntesis, el estado angustioso en que se encuentra la inmensa mayoría de los hijos de este pueblo.

                Por sabido es, Excmo. Señor, que desde el comienzo de la conflagración europea, ha existido y existe un malestar mundial en todo orden de cosas, así en las grandes como en las pequeñas poblaciones, tanto por el encarecimiento de las subsistencias, cuanto y muy por su incidencia, por la ausencia de trabajo para poder adquirir lo más necesario e indispensable con que atender a la manutención de las familias de la clase menos acomodada, o se los desheredados de la fortuna.

            Pues bien: en esta Villa donde la propiedad puede decirse que es toda ella de hacendados forasteros residentes en esa Ciudad, es tal la miseria, que ya se deja sentir aumentada mas y mas en la actualidad por el cierre de los almacenes destinado a la compra y exportación de frutas que, doloroso es decirlo, hay muchas familias enteras que se acuestan sin comer, y que, sin esperanza de tener al día siguiente donde ir a ganar un jornal, sus padres en evitación de que sus pequeños hijos perezcan de hambre, pues se dan casos muy frecuentes de estarse alimentado todos ellos con solo hinojos y otras plantas condimentadas…, se lanzan hasta en pleno día, a cortar racimos de plátanos en las fincas particulares para guisarlos y dárselos de comer a sus pequeñuelos, lo cual verifican sin temor a ser sorprendidos por sus dueños, manifestando en público y en privado que antes de estar viendo las necesidades de sus casas prefieren estar en la cárcel. Además hay otros que asimismo se van a los montes públicos y de particulares a talar pinos y hacer carbón, a fin de venderlos para adquirir, cuando menos, la cantidad suficiente para comprar el gofio del día, siendo esto tan frecuente que esta Alcaldía se ve imposibilitada de poder atender a la tramitación del cúmulo de denuncias formadas, dícese formuladas, diariamente por los Guardas Montes de la Comarca.

                Esto así; en la imposibilidad material y absoluta en que se ve este Ayuntamiento de poder atender a las necesidades más prioritarias de sus administrados, y en evitación de mayores males, ruego a vuestra excelencia, con toda la efusión de mi alma, se sirva recabar, si lo estima conveniente, de los propietarios domiciliados en esa población que procedan a abrir trabajos en sus respectivas fincas que poseen en esta Villa a objeto de emplear mas parte de los jornales que se encuentran parados , facilitándoles de ese modo y en beneficio propio, algún recurso para poder subsistir, pues, en otro caso, es evidente que el hambre, con todos sus horrores se extenderá por todo este término municipal.

           Al propio tiempo espero merece de vuestra excelencia se sirva interceder ante los encargados de las Obras Públicas en ejecución interesándoles para que admitan a trabajar a los vecinos de esta desdichada Villa que lo soliciten, y comunicarme si a bien lo tiene su resultado, así como hasta que número de braceros pueden colocarse para en su vista hacerlo público oportunamente.

         En consideración a lo expuesto, me permito suplicarle encarecidamente, se digne atender mis ruegos, y no dudando que vuestra Excelencia logrará el fin deseado, tengo el honor de saludarle…”

                                               Alcalde -Presidente  Graciliano Ramos.



                                                   Hasta la próxima historia

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